Todos sabemos que el hambre y la pobreza se extienden de forma indiscriminada por todo el mundo, tanto y de tal forma, que existen grandes organizaciones como la FIDA, PMA o la FAO que, a gran escala, se ocupan de denunciar y atender dicho problema. Y al mismo tiempo, quizá a menor escala pero muy importante, existen también otras empresas empeñadas en proporcionar orientación, apoyo económico y procesos de sustentabilidad, a los pequeños y medianos empresarios (PYMEs) a fin de que sus trabajos agrícolas, tiendas, empresas familiares o manufactureras, crezcan de forma sostenible. con la finalidad de cubrir las necesidades sociales de su clientela, de la zona que abastecen o del pueblo que habitan, buscando poner fin a la pobreza y el hambre que, de otra forma seguirían extendiéndose.
También sabemos que pobreza y hambre van siempre de la mano, y la mejor forma de solucionar el problema es aceptando y apoyando la creación de nuevas empresas y el crecimiento de las pequeñas y medianas industrias que ya funcionan para que, orientando sus intereses de rentabilidad financiera, crezcan y mejoren al tiempo que cumplen una función social dentro de sus comunidades basados en, por ejemplo: la selección de productos y mercancías necesarios a la zona; los cultivos de productos locales; la creación y venta de nuevos productos locales a precios asequibles; la formación de aprendices; la creación de nuevos puestos de trabajo; la presencia de maestros artesanos y de educación agraria, manufactura de ropa, herramientas, muebles o utensilios necesarios; etc.
Ésta es la forma más directa de ir eliminando el hambre que en este presente debilita a hombres y mujeres, pero sobre todo a los niños, y son los niños los que al heredar el hambre, heredarán también la pobreza creando así un círculo interminable de miseria. Y sólo eliminando la pobreza podremos eliminar el hambre y la miseria consecuente.