El desarrollo de proyectos sociales a nivel de comunidades y empresas es uno de los pilares de las Naciones Unidas orientados a mejorar los niveles y la calidad de vida de todas las personas.
La responsabilidad social se define como la contribución activa y voluntaria a la mejoramiento del rendimiento y satisfacción laboral de sus empleados. Y dentro de esta misma idea se consideran empresas con impacto social a aquellas que actúan de forma positiva sobre las mejoras en la zona donde se ubican, la creación de puestos de trabajo, el medioambiente y su rentabilidad como negocio.
La posible realización de estas empresas con responsabilidad social surgirá a partir de la presentación de las nuevas ideas que ofrezcan soluciones positivas a problemas empresariales e incluso a cambios sobre algo ya existente, en beneficio de los miembros de un determinado grupo social o de la sociedad en general.
La creación de pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que se originan a partir de las necesidades propias de una determinada zona social contribuirán a cambios sostenibles sobre la necesidad de agua, salud, alimento e incluso empleos, y se evaluarán en tanto soluciones originales en busca del equilibrio social y la optimización de las condiciones de vida, como una forma de enfrentar positivamente los problemas de un grupo social determinado, o reinventar mejoras sobre lo que ya existe.
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