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Nicolas,

Su historia comienza el 26 de mayo de 1994, en Bogotá, Colombia. Nicolás Camargo creció en una familia pequeña, su madre era soltera y siempre luchó por su bienestar. 

Nicolás empezó a interesarse por el tema de la sostenibilidad cuando tenía 19 años. 

Comenzó a viajar, tomó su bicicleta y emprendió camino. Su primer viaje largo inició en Bogotá con destino a La Guajira, pasó por pueblos muy pobres y abandonados, justo allí, andando en sus dos ruedas, se dio cuenta de las diferencias que había entre la ciudad y los lugares más recónditos del país.

Recién graduado del colegio en el 2011, comenzó a estudiar Finanzas y Relaciones Internacionales en el Externado, y  cuando sintió el cambio de mentalidad en cuanto a la sostenibilidad, se dio cuenta de que su filosofía de vida era otra. A los 20 años, quiso abandonar la carrera, pues estaba estudiando algo con el propósito equivocado, pero no era una opción, pues iba muy adelantado. 

Terminó su carrera con énfasis en mercado de capitales en el 2017 y realizó sus prácticas en la mesa de dinero de Bancolombia. Con ello se dio cuenta que quería llevar su futuro por otro lado, nada de bancos, nada de bolsa de valores, nada de los rollos que traía el mundo financiero. Se fue a Australia, a aprender inglés y a trabajar. Buscó masters en sostenibilidad, pero decidió no hacerlos en ese momento. 

La tecnología comenzó a ser un interés potente en su vida y fue allí cuando conoció a Creci. Comenzó a trabajar aquí y se dio cuenta de que su puesto era el equilibrio perfecto entre la aplicación de su carrera en business development y el desarrollo de  cambios positivos para el país y para la región. 

Entre sus hobbies, se encuentra montar bicicleta, viajar, explorar el país, el mundo y el arte (sobre todo si de graffitis se trata). Le encanta pasar tiempo con las personas que quiere. Algo que deambula por su mente a menudo es: “¿Cómo romperla con el negocio que solucione un problema social y ambiental?”. Esta pregunta lo llevó a trabajar en un proyecto para reducir la deforestación en el Amazonas. Nicolás siempre se está proyectando en cómo hacer dinero mientras se solucionan problemas en el país y en el mundo. 

Al preguntarle a Nicolás por qué le apasiona la sostenibilidad, nos respondió lo siguiente:

“Me apasiona por el tema de venir de una familia de clase media; por el hecho de haber tenido contacto con familiares de clase alta y de clase baja. Estar en el medio, me permitió ver la gran brecha de desigualdad en primera fila. Esto me hizo cada vez más sensible y generó en mí una pasión por lograr cambios positivos para la sociedad.”

Pero esto no solo se quedó en el pasado de su familia, pues Nicolás siguió reforzando su pasión en la universidad con una materia que vió, se titula emprendimiento social. Ahí, aprendió que se puede hacer negocios y al mismo tiempo solucionar problemáticas sociales y ambientales. Su maestra se llama Johana Cordobés y nos pidió mencionarla en esta breve entrevista, pues fue fuente de inspiración durante el transcurso de esos semestres. 

El mayor reto de Nicolás al entrar a Creci, data de un punto crucial, en el que había tan solo 10 personas en el equipo. Allí, el líder de riesgos estuvo en coma y la jefe de operaciones falleció lamentablemente. Nicolás pasó de ocupar un puesto junior, a tomar un cargo muy importante lleno de responsabilidades que en ocasiones lo abrumaban. 

“Pensar en tanto a la vez, fue un gran reto, pues tuve que gerenciar la empresa en un gran porcentaje de la mano de Andrés Idárraga. De esta situación, surgió el mayor aprendizaje y es que los límites los ponemos nosotros, the sky is the limit! Somos capaces de todo lo que nos propongamos y el temor al fracaso nos hace no alcanzar eso que siempre hemos querido y no darnos cuenta de que podemos hacerlo todo”. 

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